sábado, 29 de marzo de 2014

ALGO DE LA FILOSOFÍA PENTECOSTAL

Miserable de mi quien me librara de este cuerpo de muerte (Romanos 7.24)



Pablo al igual que cualquiera que se presenta ante Dios diariamente sentía su indignidad en carne propia, este cuerpo le llevaba en ocasiones a hacer lo malo ante Dios el hacia lo que no quería.

Bástate mi gracia resonaba en su cabeza, el remedio para los cristianos es la abundante gracia concedida, que hace que el padre nos apruebe y acepte en el amado y a causa de los méritos del amado,

En cambio el pentecostal cree que “su” crecimiento en la fe es un crecimiento personal que le habilita una vida mejor y un servicio de excelencia a Dios.

El pentecostal cree que, crecer en la fe, es ser cada vez más grande y más desarrollado en todas las áreas de su vida, el éxito económico y ministerial dependen de “este” crecimiento.

Un pentecostal camina pensando que cada día se le agrega “mas” unción o mejor uncion, o diferente uncion, o sea más valor a su persona debido a algún mérito propio, su búsqueda,  tiempo dedicado, y servicios prestados, o gracia dirigida, asi  le lleva un escalón más alto o un paso más arriba en “este crecimiento”
.
No pasa por su cabeza el sentimiento de indignidad que Pablo experimentaba sino un alto concepto de sí mismo que le lleva a hacer oraciones cada vez más atrevidas al punto de darle directivas a Dios mandando a que las cosas sucedan.
Es común oír de sus ministros frases como: soy el mimado de Dios, o el campeón, ellos creen que el señor está preocupado y ocupado en dotarlo de capacidades que le lleven a “dar” fruto para ellos mismos.

Toda su carrera enfoca en lo que lograra en su vida fruto de su unión con cristo, no  es su interés que Dios se glorifique sin antes bendecirle a él, para nada cree que en algo le ira mal, ha sido entrenado en el positivismo cuando enfrenta un fracaso se lo atribuye al  diablo que intenta frenar su imparable avance, estoy destinado al éxito es el pensamiento de los mas radicales.

Por esto el éxito de gran cantidad de predicaciones de “animo” que sus ministros deben hacer para que no se decaigan en “la fe”, este es el objetivo del “culto” dominguero que “festejemos” la victoria por anticipado es el eslogan presentado por sus animadores de reunión o “salmistas”

Lejos muy lejos del menaje realista de cristo a sus discípulos, a los cuales les decía; en el mundo tendréis aflicción; o el mundo los aborrecerá;

Estos en cambio corren a conquistar las cosas que furon destinadas para ellos y el diablo les robo, cosas que se hallan en este mundo; para el que cree ¡todo es posible! es blandido constantemente sin pensar ¿a qué? Se refería cristo en ese momento.

Ellos corren tras las cosas que Jesús rechazo en el desierto, sin ningún tipo de vergüenza.

¡Todo esto te daré! Su haces esto o aquello, es lo contrario al evangelio, sin embargo se ofrenda siembra y trabaja esperando la recompensa, esto para ellos un mecanismo simple y lógico que les anima y permite su desarrollo.

Así la gracia se convierte en ¡salvación por obras! De la noche a la mañana.
El más “ungido” más alcanza, y el menos, menos, así llegan a “medirse” unos con otros, entre ellos quien habla en lenguas es espiritual y quien no, pues no tanto.

Las reuniones se convierte en un desfile de habilidades y dones personales, en un ambiente preparado a tal fin, con banderas y música que mueve las emociones, así algunos llegan a danzar” tal como David, (en el espíritu) cual umbanda en su terreno.
“el poder”  desciende allí o baja la gloria como sabe decir Bernardo Estamateas (uno de sus popes) para esto la preparación personal y el trabajo del grupo es indispensable, sin esto nada ocurriría, por esto le ponemos a la iglesia casa de bendición o “la catedral” porque es el “lugar” elegido.

Me parece muy apropiado para finalizar este articulo un pensamiento de Calvino que decía respecto a los hombres:
Pues, porque la temeridad y el atrevimiento se unieron con la ignorancia y las tinieblas, apenas ha habido alguno que no se haya fabricado un ídolo a quien adorar en lugar de Dios. En verdad, igual que el agua suele bullir y manar de un manantial grande y abundante, así ha salido una infinidad de dioses del entendimiento de los hombres, según que cada cual se toma la licencia de imaginarse vanamente en Dios una cosa u otra. Y no es menester aquí hacer un catálogo de las supersticiones en que en nuestros días está el mundo envuelto y enredado, pues sería cosa de nunca acabar. Mas, aunque no diga nada, bien claramente se ve por tantos abusos y corrupción cuan horrible y espantosa es la ceguera del entendimiento humano.