Miserable de
mi quien me librara de este cuerpo de muerte (Romanos 7.24)
Pablo al igual que cualquiera que se presenta ante Dios diariamente sentía su indignidad en carne propia, este cuerpo le llevaba en ocasiones a hacer lo malo ante Dios el hacia lo que no quería.
Bástate mi gracia resonaba en su cabeza, el remedio para los cristianos es la abundante gracia concedida, que hace que el padre nos apruebe y acepte en el amado y a causa de los méritos del amado,
En cambio el
pentecostal cree que “su” crecimiento en la fe es un crecimiento personal que
le habilita una vida mejor y un servicio de excelencia a Dios.
El pentecostal
cree que, crecer en la fe, es ser cada vez más grande y más desarrollado en
todas las áreas de su vida, el éxito económico y ministerial dependen de “este”
crecimiento.
Un pentecostal
camina pensando que cada día se le agrega “mas” unción o mejor uncion, o diferente uncion, o sea más valor a su
persona debido a algún mérito propio, su búsqueda, tiempo dedicado, y servicios prestados, o gracia dirigida, asi le lleva un escalón más alto o un paso más arriba en “este crecimiento”
.
No pasa por
su cabeza el sentimiento de indignidad que Pablo experimentaba sino un alto concepto
de sí mismo que le lleva a hacer oraciones cada vez más atrevidas al punto de
darle directivas a Dios mandando a que las cosas sucedan.
Es común oír
de sus ministros frases como: soy el mimado de Dios, o el campeón, ellos creen
que el señor está preocupado y ocupado en dotarlo de capacidades que le lleven
a “dar” fruto para ellos mismos.
Toda su
carrera enfoca en lo que lograra en su vida fruto de su unión con cristo,
no es su interés que Dios se glorifique
sin antes bendecirle a él, para nada cree que en algo le ira mal, ha sido
entrenado en el positivismo cuando enfrenta un fracaso se lo atribuye al diablo que intenta frenar su imparable
avance, estoy destinado al éxito es el pensamiento de los mas radicales.
Por esto el éxito de gran cantidad de predicaciones de “animo” que sus ministros deben hacer para
que no se decaigan en “la fe”, este es el objetivo del “culto” dominguero que “festejemos”
la victoria por anticipado es el eslogan presentado por sus animadores de reunión
o “salmistas”
Lejos muy
lejos del menaje realista de cristo a sus discípulos, a los cuales les decía;
en el mundo tendréis aflicción; o el mundo los aborrecerá;
Estos en
cambio corren a conquistar las cosas que furon destinadas para ellos y el diablo les robo, cosas que se hallan en
este mundo; para el que cree ¡todo es posible! es blandido constantemente sin
pensar ¿a qué? Se refería cristo en ese momento.
Ellos corren
tras las cosas que Jesús rechazo en el desierto, sin ningún tipo de vergüenza.
¡Todo esto
te daré! Su haces esto o aquello, es lo contrario al evangelio, sin embargo se
ofrenda siembra y trabaja esperando la recompensa, esto para ellos un mecanismo
simple y lógico que les anima y permite su desarrollo.
Así la
gracia se convierte en ¡salvación por obras! De la noche a la mañana.
El más “ungido”
más alcanza, y el menos, menos, así llegan a “medirse” unos con otros, entre
ellos quien habla en lenguas es espiritual y quien no, pues no tanto.
Las reuniones
se convierte en un desfile de habilidades y dones personales, en un ambiente
preparado a tal fin, con banderas y música que mueve las emociones, así algunos
llegan a danzar” tal como David, (en el espíritu) cual umbanda en su terreno.
“el poder” desciende allí o baja la gloria como sabe
decir Bernardo Estamateas (uno de sus popes) para esto la preparación personal
y el trabajo del grupo es indispensable, sin esto nada ocurriría, por esto le
ponemos a la iglesia casa de bendición o “la catedral” porque es el “lugar”
elegido.
Me parece
muy apropiado para finalizar este articulo un pensamiento de Calvino que decía respecto a los hombres:
Pues, porque
la temeridad y el atrevimiento se unieron con la ignorancia y las tinieblas,
apenas ha habido alguno que no se haya fabricado un ídolo a quien adorar en
lugar de Dios. En verdad, igual que el agua suele bullir y manar de un
manantial grande y abundante, así ha salido una infinidad de dioses del
entendimiento de los hombres, según que cada cual se toma la licencia de
imaginarse vanamente en Dios una cosa u otra. Y no es menester aquí hacer un
catálogo de las supersticiones en que en nuestros días está el mundo envuelto y
enredado, pues sería cosa de nunca acabar. Mas, aunque no diga nada, bien
claramente se ve por tantos abusos y corrupción cuan horrible y espantosa es la
ceguera del entendimiento humano.