Cómo debemos
pensar acerca de la Providencia de Dios
1. Tenga cuidado de andar esbozando excusas
para su pecado a causa de la providencia de Dios; porque es cosa muy santa, y
no es en modo alguno el causante de ningún pecado que puedas cometer. Todo pecado
es un acto de rebelión contra Dios; una violación de su ley y estarás
mereciendo su ira y maldición; por lo tanto (el pecado) no puede ser autorizado
por un Dios infinitamente Santo, el cual es muy limpio de ojos como para
contemplar la iniquidad sin odio ni aborrecimiento.
Aunque,
mediante un decreto permisivo, haya permitido que la maldad moral sea sobre el
mundo, sin embargo, esto no tiene una influencia sobre el pecador para hacerle
cometer el pecado. Porque no es el propósito del decreto de Dios, el cual es un
absoluto secreto para cada mortal,sino la satisfacción de sus propias lujurias
e inclinaciones perversas, las cuales los hombres intentan y planean en sus
mentes a fin de realizarlas.
2. Tenga cuidado de no andar murmurando e
impacientándose a causa de la dispensación de la providencia bajo la que hoy se
encuentra; recordando que nada se cae si
no es por la sabia y santa providencia, la cual sabe muy bien que es lo justo y
lo adecuado para ti. Y en todas las situaciones, incluso en medio de los
incidentes más entristecedores que te estén aconteciendo, aprende a estarte
sumiso bajo la voluntad de Dios, como lo hizo Job, cuando al final de una serie
de las más atroces calamidades que le acontecieron dijo “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el
nombre de Jehová bendito.” (Job.1:21). En el caso más preocupante di, junto con
los discípulos, “Que se haga la voluntad del Señor” (Hechos.21:14)
3. Tenga cuidado de las preocupaciones
ansiosas, y del temor por su bienestar material en el mundo. Es nuestro Señor
quien le advertía a sus seguidores: “Así que no se preocupen (se refiere a
pensamientos de ansiedad y perplejidad) por todo eso diciendo: ¿Qué comeremos?,
¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?” (Mat.6:31). Nunca dejes que el miedo
a los hombres te detenga de lo que es tú deber (Mat.10:28-29). Pero dejen que
sus almas aprendan a confiar en Dios, quien guía y supervisa todos los eventos
y administraciones de la providencia, cualesquiera que sean las manos
destinadas para que se cumpla.
4. No tenga en poco a los medios, viendo que
Dios obra a través de ellos; y Él, ya
habiendo designado el final, ordena los medios necesarios para alcanzarlo. No
descanse en los medios, porque ellos no pueden hacer nada sin Dios (Mat.4:4).
No se desespere si no hubieran medios, porque Dios puede obrar sin ellos tan
bien como puede hacerlo con ellos. “Mas de la casa de Judá tendré misericordia,
y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni
con batalla, ni con caballos ni jinetes.” (Oseas 1:7). Si los medios fueran
inestables (improbables), Él puede obrar por encima de ellos “Y la fe de
Abraham no se debilitó a pesar de que él reconocía que, por tener unos cien
años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos, igual que el
vientre de Sara.” (Rom.4:19). Si los medios fueran adversos, Él todavía puede
obrar por medio de ellos, de la misma manera en qué salvó a Jonás con el pez
que a su vez lo tragó. Ese pez se tragó al profeta, pero por dirección de la providencia, lo vomitó sobre
tierra firme.
5. Por último, bienaventurado el pueblo cuyo
Dios es el Señor: porqué todas las cosas les ayudarán a bien. Se sentirán
seguros en el ejercicio de su fe, que se haga Su voluntad. Tienen buenas
razones para orar; porque Dios, es un Dios que escucha las oraciones, y siempre
estará mirando (cuidando) sobre su pueblo, así como por todas sus necesidades.
Y tienen tierra firme para el más grande aliento y consuelo en medio de todos
los eventos de la providencia, viendo que son gestionados por su Dios del pacto
y amigo lleno de gracia, quien nunca descuidará ni pasará por alto a su amado
pueblo y todo lo que les concierna. Por cuanto ha dicho “No te desampararé, ni
te dejaré” (Heb.13:5).
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