martes, 13 de noviembre de 2012

Dios aborrece el pecado, pero... ¿ama al pecador?


 

 
Existe una famosa frase que dice: “Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador”. Este dicho es conocido entre los impíos, pero también es predicado por muchos que se hacen llamar “cristianos”. Pero ¿tal declaración proviene de las Escrituras? De ninguna manera. Tal dicho vino del corazón de un hombre que no conocía a Dios, no proviene de las Santas Escrituras, es decir, no proviene de la boca de Dios.

 

Lo que las Escrituras enseñan es que Dios es Santo y tan limpio de ojos que no puede mirar con favor el mal (Habacuc 1:13). Por lo tanto, el malo no puede habitar junto a Dios. ¿Por qué? Porque El no es un Dios que se complace en la maldad. Los insensatos no estarán delante de sus ojos. El Dios de las Escrituras aborrece a todos los que hacen iniquidad. El destruirá a todo el que habla mentira. Dios abomina al hombre sanguinario y engañador (Salmo 5:4-6), o como dice nuestro (Proverbios 11:20); “Abominación son al Señor los perversos de corazón; Más los perfectos de camino le son agradables”.

El Salmo 7:11 dice claramente que Dios está airado contra el impío, es decir, contra el pecador todos los días.

¿Esto significa que Dios es cruel? De ninguna manera.

El Salmo enseña que la razón por la cual Dios abomina al pecador es porque Él es Justo. y santo, Dios es juez justo, por lo tanto, abomina al pecador. Esto no se trata de crueldad, sino de plena justicia.

¿Cómo Dios no se va airar al ver que Su Santa voluntad es quebrantada todos los días?

Como humanos nos espantamos al enterarnos de alguna violacion, o de muertes como de tantas maldades en el mundo, pero Dios esta viendo absolutamente todas en todo lugar.  

Algunos han llegado a decir que estos versos son del AT y ahora no es asi.
es verdad en el Antiguo Testamento, pero que en el Nuevo Testamento tenemos a un Dios diferente. ¿Será eso cierto? ¿Será cierto que Dios ha cambiado? La respuesta es No.
 
Juan 3:36 dice: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”. Efesios 5:3-6 dice: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia”.

Entonces, la verdad de que Dios abomina al perverso de corazón, no solo es una verdad en el Antiguo Testamento, sino que también es verdad en el Nuevo Testamento. Esto se debe a que Dios es el mismo ayer, hoy y siempre, Dios es inmutable, El no cambia.

Dios abomina a los perversos de corazón, pero Su agrado está sobre los perfectos de camino. Pero ¿Quiénes son perfectos de camino, si todos nos hemos descarriado? Solo uno, Jesucristo el Justo. Ante El los cielos se abrieron y el Padre dio la siguiente declaración: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17). Sobre Jesucristo estaba el eterno y completo agrado del Padre. Pero El, en la cruz del calvario fue abandonado por su Padre (Mateo 27:46). ¿Por qué? Porque Jesucristo estaba llevando la maldad de su pueblo para que todos aquellos que crean en El sean justificados. Eso significa que todos aquellos que están en Cristo, ahora, por El, son declarados perfectos de camino, y el agrado pleno del Padre está sobre ellos. De tal manera que el mismo amor que estaba sobre el Hijo Jesucristo, es el mismo amor que está sobre aquellos que Él ha justificado (Juan 17:26).

La evidencia más clara que Dios es justo y abomina al pecador es la Cruz de Jesucristo. El Padre aplastó a su Hijo Jesucristo porque Él fue hecho pecado por nosotros, fue hecho maldición por nosotros. La Cruz es la plena manifestación de la justicia de Dios (Romanos 3:25). La Cruz no está para que sintamos lastima por Jesús, sino para que conozcamos y temblemos ante el Dios de las Santas Escrituras, por esa razón el Señor, en el camino a la crucifixión, le dijo a las mujeres que lloraban: “Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos… Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?” (Lucas 23:28, 31).

Roguemos al Señor para que nos siga limpiando de aquella falsa imagen de un "dios “que nos hemos hecho, pero que no es el Dios de las Escrituras. Roguemos al Señor para que nos siga mostrando Su Gloria.

“El Dios de dioses, el Señor, ha hablado, y convocado la tierra, Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone. De Sion, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido. Vendrá nuestro Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, Y tempestad poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, Y a la tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que hicieron conmigo pacto con sacrificio. Y los cielos declararán su justicia, Porque Dios es el juez. Oye, pueblo mío, y hablaré; Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo. No te reprenderé por tus sacrificios, Ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí. No tomaré de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos. Porque mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, Y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud. ¿He de comer yo carne de toros, O de beber sangre de machos cabríos? Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo; E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás. Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca? Pues tú aborreces la corrección, Y echas a tu espalda mis palabras. Si veías al ladrón, tú corrías con él, Y con los adúlteros era tu parte. Tu boca metías en mal, Y tu lengua componía engaño. Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; Contra el hijo de tu madre ponías infamia. Estas cosas hiciste, y yo he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te reprenderé, y las pondré delante de tus ojos. Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no haya quien os libre. El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios” (Salmo 50).

 

 

 

E.M.S

viernes, 12 de octubre de 2012

¿MUSICOS CRISTIANOS?



Para ser directo en este tema debo decir que la proliferación de la “música cristiana” o echa por el evangelicalismo actual, no  está de acuerdo con la edificación del carácter de Cristo en el creyente, e incluso apunta en dirección contraria, sus melodías ha permeado en la mayoría de las iglesias de tipo liberales, la palabra de Dios no enseña a alabar a Dios con musica, sino solo el canto de los salmos a capela ya que el propocito debe ser agradar a Dios y no agradar los oidos contaminados de distintos ritmos de muchos. 

A Dios, lo que es de Dios: Lo primero que podemos decir en cuanto a la correcta adoración a Dios es que la Biblia nos enseña que nada podemos ofrecerle al Señor Todopoderoso, santo y perfecto que no provenga de Él. En realidad, fuera de Él no hay nada que valga la pena, un claro ejemplo lo tenemos en las instrucciones que recibieron los judíos para construir el tabernáculo, lo que nos demuestra esto es que si Dios fue tan detallista en cuanto al lugar de adoración, cuanto mas será en cuanto al contenido de la misma. 

Todas las artes vienen de Dios, pero los salmos, parten de la revelación de Dios a los hombres, y son el único arte revelado que conocemos.


El canto de los salmos introduce al fiel en una relación mayor con Dios: ...cuando los cantamos, dice Calvino, tenemos la certeza que Dios pone en nuestra boca las palabras como si Él mismo cantara en nosotros para exaltar su gloria

Cuando captamos el milagro del canto de los salmos, comprendemos que el Reformador haya querido que todos los fieles, hombres y mujeres, niños y ancianos los canten.


Esto es la alabanza: una oración cantada; y debe ser conforme a su Palabra (Sal. 87:7). No por nada los cantos más poderosos son aquellos que usan el texto bíblico literalmente.


Efesios 5:19: hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos ESPIRITUALES, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;


Hablando aquí es; Comunicandose entre si,  ya que  cuando estamos juntos nos transmitimos el evangelio a través de el canto. este pasaje no ahutoriza como muchos creen fabricar letras sino que se refiere a salmos en distintas formas llamese en forma de himno definitivamente canticos espirituales que es lo mismo.



Es muy importante que la letra usada en la alabanza tenga un origen divino o sea inspirada por Dios, solo lo que  proviene de Él es espiritual y tiene características específicas, y resultados positivos.

¿Pero los compositores actuales no son inspirados por Dios?

Es casi un folclore cristiano creer que por que se tiene el espíritu de cristo se lo puede usar, o hacer que haga lo que se nos ocurre a nosotros, o que convalide lo que hacemos para Dios,  ignorando cual es su tarea en nosotros.

El Espiritu Santo en el creyente no esta para validar sus propias inspiraciones ni para poner su sello en todo lo que hacemos, sino para enseñarle la verdad revelada en la palabra de Dios,o para dar testimonio acerca de cristo Juan 15-26) ese es el lugar donde nos lleva y este es el propósito de su obra en nosotros, cuando somos guiados por el Espíritu seremos guiados a SU palabra y no a construir nuestra propias inspiraciones, la Biblia nunca dice !!y cuando tengan el Espíritu compondrán canciones para mi!!

No tenemos necesidad, ni el mandato, entonces de nuevos autores inspirados ¡Teniendo una Biblia!, si decimos tener inspiración divina estamos diciendo Dios me hablo directamente cosa que esta prohibida por la misma Biblia, en donde se nos enseña que ya no tenemos profecía directa, sino que la palabra de Dios escrita es lo mas seguro. 

¿Qué necesidad tenemos? De meter nuestra firma o de “ayudar” a Dios con tanto texto bíblico inspirado y útil a nuestra disposición, capases de  hacer del que lo oye y lee un hombre o una mujer de Dios, y este es también un propósito de la alabanza, cuando cantamos su palabra nos edificamos en la verdad, mas cuando fabricamos letras las estamos estamos poniendo a la misma altura que su palabra, ignorando que solo la escritura posee el poder de edificar o transformar a los hombres.

MENSAJES BIBLICOS

jueves, 20 de septiembre de 2012

SER PROTESTANTE

“Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá” Amos 7:12
 
La pregunta más pertinente al iniciar este estudio es: ¿Qué es ser protestante? Aunque la respuesta podría solo fundamentarse en la experiencia que tuvieron aquellos cristianos fieles y celosos a la Palabra de Dios, durante la era del oscurantismo y persecución de la mal llamada “santa inquisición” que desencadenó la afamada reforma protestante en el siglo XVI, el protestantismo tiene sus albores en épocas inmemoriales y cuyos anales abundan copiosamente en la sagrada escritura.
No solo nuestros hermanos Juan Huss, Wiclif, Savonarola, Lutero o Calvino fueron los estandartes del protestantismo, sino que tantos otros que la ingratitud de la historia no los registra, como el propio Señor Jesús y sus apóstoles, Juan “el bautista”, Jeremías, Ezequiel o el mismo Amos citado en el pasaje que encabeza este comentario.
 
Amos, uno de los tantos “protestantes” que aparecen en la biblia, cuyo mensaje incisivo y lacerante, lo convirtió en uno de los profetas más detestables y odiosos, que los pecaminosos oídos del clero y de la monarquía no toleraban. Tanto fue así, que el propio Amasías cuyo compromiso y fidelidad al rey le llevó a denunciar al profeta, acusándolo de que nadie ya podía “sufrir” su predicación (Amos 7: 10), y no conforme con ello, lo enrostra y en una expresión, sin duda de menosprecio, lo llama “vidente” y lo insta a irse lejos para no escuchar mas sus palabras agudas y protestantes.
En aquel relato que se centra entre los años 760 – 750 a.C. (aprox.), no deja de llamar la atención la declaración de Amasías, cuando dice que “la tierra no puede sufrir las palabras del profeta”, ya que evoca la profecía entregada por el apóstol Pablo y que tiene la misma esencia de los anuncios en tiempos de deserción y de apostasía:
 
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina…” 2 Timoteo 4:3 
Sin ninguna duda, siempre la Palabra profética ha sido “insufrible” por el hombre, y los santos hombres de Dios como portavoces protestantes, han sido despreciados y desechados, tal cual lo fue su Maestro; nuestro Señor Jesucristo.
 
Amos, no fue la excepción y por eso, se ganó el repudio del clero y del estado imperante de la época ¿Por qué? Por ser demasiado hablador y sin diplomacia.
¿le ha pasado a Ud. estimado hermano que alguien le diga:”¿Por qué no se va a predicar a otro lado por favor?”
 
A tantos años de la experiencia de Amos, de la continua y dura resistencia a la predicación de Juan “el bautista”, de Cristo, sus apóstoles y de los heraldos reformadores, nos cabe preguntarnos ¿Y que queda del protestantismo en la actualidad?
 
¿Hay una iglesia celosa que proteste de manera insufrible como lo hicieron nuestros camaradas de antaño? ¿Existe alguien dispuesto, cual Lutero, a clavar hidalgamente sus tesis de reclamo desafiando al mismo infierno?
 
Tal vez la cruda realidad nos lleva a pensar que si Martín Lutero, como ejemplo, estuviese con nosotros, sería la misma iglesia evangélica la que lo que lo acallaría o descalificaría, diciéndole que Dios es amor y que tenemos que ser diplomáticos para que la gente no se aleje. Imaginemos tan solo un minuto a Lutero clavando en uno de los pilares de la catedral evangélica en medio de un “tedeum”, sus incisivas tesis en contra de la abierta idolatría del gobierno, de la aprobación de legitimidad de los homosexuales o del ecumenismo y elevando la voz con valentía y decisión. En lo personal, no me cabe ninguna duda que la gran mayoría irrumpiría sobre él para tapar su boca y evitar la ruptura diplomática que hoy existe entre el clero y el estado.
 
Ser protestante, es mas que llamarse heredero de la reforma; es sentir el celo de la Palabra de Dios frente a una humanidad corrompida por el pecado que nos está arrastrando a todos.
 
Ser protestante, es presentar con firmeza lo que la biblia dice, aunque esta sea lapidaria y determinante frente a tópicos tales como la idolatría, el ecumenismo o las falsas enseñanzas.
 
Ser protestante es estar dispuesto a renunciar al aplauso, a la fama, y aceptar estoicamente el repudio y vituperio del mundo enceguecido por el pecado.
 
Ser protestante es llevar las credenciales legadas por nuestro Señor Jesucristo y sus apóstoles, quienes no trepidaron en elevar la sola Escritura aún exponiendo su integridad y su reputación
 
Estamos en tiempos en que la iglesia ha renunciado a la esencia del protestantismo y el término ya es solo un cliché nominal. La gran mayoría de iglesias evangélicas ya no son protestantes y han traicionado, no solo al propio Señor, sino que a tantos camaradas que fueron martirizados por su continua protesta del evangelio.
 
Hoy, la iglesia que protesta es catalogada como “escandalosa, desubicada o fanática” y la iglesia que hace diplomacia con las religiones y que coquetea con los políticos de este mundo, es alabada como “iglesia con propósito, innovadora, del siglo XXI, renovada, etc.” ¡Pero que indolente se ha vuelto la cristiandad actual! La gran mayoría ha olvidado en el baúl del recuerdo el ejemplo de aquellos baluartes del evangelio que confirmaron con creces ser legítimos protestantes.
 
La biblia nos enseña con suficiente abundancia aquel carácter protestante de los hombres que aman la Palabra de Dios, y que a pesar de ser hombres pecadores y falibles, dejaron erigido el estandarte de lucha y pendón de la verdad.
El profeta Ezequiel, fue llamado por Dios para establecerlo como un fuerte protestante ante un pueblo rebelde y apostata que no quería escuchar la Palabra profética
 
“Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo. Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.
“Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos.
Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde. Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.
Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes” Ezequiel 2: 1-10
 
La tarea encomendada a Ezequiel no era menor. Predicar a un pueblo rebelde cuyo escenario no era el clásico púlpito actual, sino que uno entre espinos, cardos y escorpiones, lo cual es lo mas impopular que pueda existir. Ese es el recorrido de todo protestante.
Lo interesante de la advertencia que el Señor le da al profeta, es que la predicación se debe realizar tanto si el pueblo “escuche o deje de escuchar” , frase que en otras palabras presenta el apóstol Pablo cuando instruye a Timoteo:
 
“Te encarezco…que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” 2 Timoteo 4: 3 
Dios encarece a sus protestantes a predicar a tiempo y fuera de tiempo, quieran o no quieran escuchar los hombres, acompañados o en la soledad mas absoluta. La evidente esencia protestante en el pasaje de Pablo a Timoteo, radica en la palabra “REDARGUYE”, lo que significa, contradice, di NO al error, es decir, “protesta en contra de lo que se opone a la verdad”. Ciertamente, esta demanda al creyente actual es demasiado impopular para asumirla y ponerla por obra. Es mucho mejor y mas cómodo decir como el proverbio popular: “cada uno sabe donde le aprieta el zapato”, en otras palabras, que cada uno se de cuenta de su propio error. De esta manera renunciamos al llamado de ser sal de la tierra y luz del mundo.
 
Otro de los tantos pasajes de las escrituras que nos hablan del carácter protestante de los voceros de Dios se encuentra en la carta de Pablo a Tito:
 
“Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y engañadores….a los cuales es preciso tapar la boca...enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene…malas bestias, glotones ociosos…; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe” 
Hoy por hoy, esta palabra nos llevaría a elevar la misma pregunta que algunos discípulos de Cristo le hicieron: 
“Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?” Juan 6:60 
¿No es la misma pregunta que se hacía Amasías en los tiempos del “degradable” profeta Amos? Nuestro bendito Salvador Jesucristo, es el gran Maestro del protestantismo y a Él le debemos la herencia de ser el bastión de la verdad, por lo que no debemos claudicar ni desertar de tal llamamiento.
Cristo vivió el protestantismo en carne propia y por tal razón, se ganó el repudio de aquellos que decían ser la reserva moral y religiosa de la época. La misma experiencia vivieron los apóstoles en la era de la iglesia.
 
Al parecer no queremos experimentar el repudio que le costo la cabeza a Juan “el bautista” o el cepo al apóstol Pablo, mas bien, deseamos la ovación y las palmas de los hombres, en lugar del vituperio de Cristo. El apóstol Pedro decía:
 
“Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados” 1 Pedro 4.14 
La iglesia actual esta lejos de experimentar el vituperio de Cristo, ya su postura es tibia que se acomoda a toda temperatura y circunstancia; esta lejos de evidenciar un carácter protestante y de predicación firme con perfil definido y sin medias tintas.
Ha desaparecido el celo por la palabra y la inmensa mayoría se ha declarado remisa frente a la ardua tarea de predicar, instar, redarguir, exhortar a tiempo y fuera de tiempo, entendiendo que estamos en tiempos en donde escasea la Palabra de Dios en medio de un mar de apostasía.
 
Amados hermanos, que la gracia soberana de nuestro Señor Jesucristo, nos de la voluntad y fuerza para retomar su estandarte de lucha protestante y poder nuevamente entonar con hidalguía y dignamente, aquel himno que en otro tiempo caracterizó a todo un pueblo evangélico protestante y que ahora se ha subordinado obedientemente ante las amenazas del enemigo.
 
Firmes y adelante, Huestes de la fe, Sin temor alguno, Que Jesús nos ve. Jefe soberano, Cristo al frente va, Y la regia enseña Tremolando está.
 
Al sagrado nombre De nuestro Adalid, Tiembla el enemigo Y huye de la lid. Nuestra es la victoria, Dad a Dios loor; Y óigalo el averno Lleno de pavor.
 
Muévese potente La iglesia de Dios; De los ya gloriosos Marchamos en pos; Somos sólo un cuerpo Y uno es el Señor, Una la esperanza Y uno nuestro amor.
 
Tronos y coronas Pueden perecer; De Jesús la iglesia Constante ha de ser; Nada en contra suya Prevalecerá, Porque la promesa Nunca faltará.
 
Que así sea, amén.
Tomado de: SOLO POR GRACIA
IGLESIA CRISTIANA DE PUENTE ALTO 2012
contacto: soloporgraciachile@gmail.com

sábado, 1 de septiembre de 2012

LA NUEVA ALABANZA Y EL SINCRETISMO RELIGIOSO


Es muy frecuente escuchar ideas de modernización dentro de la iglesia, y específicamente respecto al la música.

Los cantos tradicionales, históricamente aprobados, ya no son apetecidos ni valorados por esta oleada de cultores de la “nueva alabanza”.


La búsqueda de resultados numéricos y de transformar la iglesia en un núcleo atractivo para el mundo, ha dado pie a una verdadera fiebre de pragmatismo y sincretismo religioso, pretendiendo fusionar lo santo con lo profano a fin de evangelizar.


No obstante, el tema no resiste análisis; el pretender igualar y hasta reemplazar el cantos de los salmos que tiene su raiz en la Biblia misma y desde la primera iglesia, por la nueva alabanza, nos revela el indigente estado espiritual y la ruina de la iglesia. Las composiciones de los salmos  son verdaderos estudios doctrinales, lleno de alabanza a Cristo y su gracia. La nueva alabanza no hace otra cosa que repetir un par de frases y ensalzar la virtud humana por sobre la gracia de Dios, y para que hablar de la música que acompaña a estas famélicas composiciones, porque los ritmos sensuales y casi eróticos que hoy se elevan como alabanzas a Dios, son realmente impresentables e inocuos ante el creador.


La nueva alabanza apunta a satisfacer al viejo hombre y no al espiritual. Es una gama de sonidos, melodías y ritmos que invitan al zangoloteo. La Biblia es muy específica en declararnos cuál es la línea de los cánticos que deben estar dentro de la iglesia, veamos:


“...hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones” Efesios 5:19


“cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales” Colosenses 3:16


En ambos textos, el adjetivo que califica a los cánticos es la palabra ESPIRITUALES. Los cánticos elevados a Dios deben tener este sello. Los cánticos espirituales apuntan a ensalzar a Cristo y a su obra con la letra, y a elevar el espíritu hacia Dios, con las voses de los creyentes a coro,  Sin duda, que la nueva alabanza carece de este principio. Si bien, en ocaciones la letra puede hablar humanamente de Cristo, pero con la música se arruina todo ya que esta va dirigida a los humanos y no a Dios.


Es muy importante considerar esto, porque no estamos para agradarnos a nosotros mismos, sino que debemos comprobar lo que es agradable a Dios (Efesios 5:10) A Dios jamás le han agradado las mixturas. Presentar el texto de Juan 3: 16 a los sones del hip-hop, de la salsa o de la estridencia de una guitarra eléctrica, es como pretender unir el aceite y el vinagre. Esto es un asunto de Perogrullo, sin embargo la soberbia nuestra, nos impide aceptarlo como la verdad categórica y radical.


La nueva alabanza ha permitido el surgimiento de muchos intérpretes que han descubierto un nicho comercial de suculentas rentas. El medio les obliga a comportarse bajo los parámetros del secularismo. La sensualidad en las mujeres, tales como Jacy Velásquez es por decir lo menos escandaloso, y la actuación circense de hombres como Marcos Witt, no amerita mayores comentarios. Son los frutos de esta “nueva alabanza” en tiempos de apostasía.


En la actualidad, la nueva alabanza ya está muy arraigada en muchas congregaciones que como consecuencia, han transformado la libertad en libertinaje. Esta “licencia” ha permitido que costumbres naturales del mundo, se hayan incorporado deliberadamente dentro de las reuniones. De esto se desprende la triste realidad, de que en lugar de tener un mundo cristianizado, tenemos una iglesia mundana. Café concert “cristiano”, desfile de modas “cristiano”, recitales “cristianos”, completadas y tragos “cristianos”, etc., son algunas de las actividades que muchas congregaciones practican so pretexto de que Cristo les ha hecho libres.


La vestimenta con poco pudor de la mujer o el pelo largo, los aros y moños en los varones, la música sensual como “alabanza”, etc., son las clásicas características de los cristianos de hoy. Esto ha ocurrido debido a la mala interpretación de lo que significa la gracia y la libertad que Dios nos ha otorgado, y a no entender la gran diferencia que existe entre una interpretación bíblica legalista y otra temerosa y subordinada a las instrucciones y deseos del Señor.

 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo”? (Lucas 6: 46) 

confundir la gracia con libertinaje, y el legalismo con la verdadera sumisión a los preceptos bíblicos entregados a la iglesia no es bueno

 SINCRETISMO RELIGIOSO: CRUDA VERDAD 

La mala interpretación de lo que realmente significa la gracia de Dios, ha sido un verdadero caldo de cultivo y un “vamos”, a la adopción de un sin fin de costumbres, ritos, entretención, etc., cuyos orígenes son ajenos a la voluntad de Dios y están en completa rivalidad con los preceptos bíblicos.

A esta adopción se le llama sincretismo y el afán de todo, es conciliar doctrinas o creencias abiertamente opuestas, y pretender transformarlas con un fin determinado.


Este razonamiento practicado cada día en más congregaciones, ha permitido el libre acceso del ecumenismo dentro de la iglesia y la inclusión de aberrantes prácticas atentatorias a la sana doctrina. Por ejemplo, la música rock y el hip hop fueron estilos musicales creados en un espíritu de rebeldía social y con el deliberado consentimiento del uso de drogas, alcohol y sexo para su propagación.

Muchos razonan que esta música puede ser utilizada para rescatar a jóvenes que la propagan, por lo tanto es necesario cristianizarla. Esto es sincretismo.

Recuerdo las palabras del pastor coreano Yonngi Cho que aprobaban la idea de tomar materias ocultistas y cristianizarlas en su forma de cristianismo. El decía: “…si el diablo puede realizar tales sanidades, ¿por qué la iglesia de Cristo no podrá hacer mucho más? (Libro la Cuarta Dimensión )


Creo que es tiempo en que debemos decir basta de razonamientos humanos, de análisis de reingeniería dentro de la iglesia y de estrategias humanas para “salvar almas”. Debemos entender que solo la gracia de Dios transformará al joven drogadicto o al criminal. No podemos pretender dar poder y efectividad a la Palabra de Dios, la cual está llena de poder; es absurdo y ofensivo a su gracia soberana. Imagínese que Cristo le hubiera dicho a la adultera, sigue adulterando para rescatar a los adúlteros.

La consecuencia de todo este sincretismo religioso que está incorporando cada vez, más prácticas mundanas en el interior de la iglesia, se están haciendo ver con mucha claridad.

Por cierto que las multitudes que siguen a este tipo de cristiandad no tiene ninguna intención de conocer a Dios en profundidad y seriedad. Hagamos un experimento: Quitémosle por un mes la música rock, a un joven que dice haber sido convertido a través de ella, sometámoslo a reuniones devocionales o estudios de la Palabra de Dios, y veamos los resultados. Es casi seguro que no asistirá a reuniones. Lo he visto, nadie me lo ha contado.

¿De qué se está llenando la iglesia, de convencidos a través de la música, del baile y de los atractivos eventos? ¿O de verdaderos convertidos a través de la gracia soberana de Dios que opera por medio de su poderosa Palabra? No nos engañemos; los resultados de la bendición de Dios, no son numéricos


“Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” (Mateo 7:14) 

En resumen, el sincretismo en su amplio espectro, no es la fórmula que Dios nos ha entregado para ser efectivos en nuestra tarea de evangelizar.

No podemos aprobar la idea de tomar materiales paganos, vestirlos de cristiano y entregarlo como la panacea espiritual al mundo. Dios nunca aprobó las mixturas con la idolatría y con las costumbres de las naciones. ¿Quién nos ha autorizado hoy para mezclar, en pro de la evangelización, la luz y las tinieblas? Meditemos en esto, y no nos justifiquemos en la falsa interpretación de la libertad que nos da la gracia de Dios, y no desechemos esta observación, diciendo que solo es un análisis legalista y farisaico.

He aquí lo que Dios nos enseña:


“Que comunión la luz con las tinieblas? ¿Qué concordia Cristo con Belial? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? …Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo” (2corintios 6:14-18   

jueves, 23 de agosto de 2012

Fuiste pastorizado?


LA ESTERILIZACIÓN MENTAL DEL CRISTIANO:


Fuiste pastorizado?

Probablemente conoces el método de "pasteurizar". Es una forma de esterilizar alimentos con la ayuda del calor. El calor mata a todos los organismos vivos que podrían encontrarse dentro del alimento. Este método fue descubierto por el francés Luis Pasteur (en español: "Pastor").

De forma muy parecida, las iglesias han encontrado formas de "pastorizar" a sus miembros. Por medio del "calor pastoral", los miembros son conformados al molde de la iglesia, y los "microorganismos" de doctrina o comportamiento no deseados son eliminados.



El "calor pastoral" se puede aplicar de diversas formas. A veces sucede con mucho amor, cariño y "calor humano", de manera que los miembros desean de todas formas agradar a este pastor que es tan amable con ellos. A veces sucede, al contrario, con amenazas de maldiciones y castigos de Dios, o de la expulsión de la iglesia. Y muchas veces se da una mezcla de ambos métodos.

El resultado es, que los miembros se conforman a los deseos del pastor. Se exterminan en ellos los "gérmenes" de doctrinas e ideas extrañas y ajenas,
Pero recordemos que el proceso de "pasteurizar" extermina TODA clase de organismos. En el caso del "pastorizar", por ejemplo, se exterminan no solamente las doctrinas falsas. Se extermina toda doctrina que no esté del agrado del pastor, sea correcta o no. Aun peor: se extermina la capacidad de evaluar una doctrina por uno mismo. Un miembro así "pastorizado", acepta ciegamente todo lo que le dice su pastor, sea de acuerdo con la Biblia o no.

De la misma forma, se extermina no solamente el comportamiento pecaminoso. Se extermina todo comportamiento que no esté del agrado del pastor, sea pecaminoso o no. Así, algunas iglesias han exterminado en sus miembros todo deseo de conocer iglesias de otras denominaciones, y de tener comunión con cristianos de otras iglesias. – Algunas iglesias han exterminado en sus miembros todo enamoramiento y salir juntos, de manera que algún día tendrán que casarse con una persona que nunca tuvieron la oportunidad de conocerla adecuadamente; una receta segura para desastres matrimoniales. – Algunas iglesias han exterminado en sus miembros toda honestidad, porque es "cultura de la iglesia" tapar y encubrir el pecado, en vez de tratarlo abiertamente. – Y lo peor: se extermina la capacidad de evaluar por uno mismo, qué es pecado y qué no lo es. Para un miembro así "pastorizado", "pecado" es lo que el pastor prohíbe, sea de acuerdo con la Biblia o no.

Cierto, un miembro así "pastorizado" será más "seguro" y más fiel a "su" iglesia y a "su" pastor. Igual como un alimento pasteurizado se conserva por más tiempo en su estado original, porque han muerto los microorganismos que podrían causar su descomposición. Pero también pierde ciertas propiedades útiles. Por ejemplo, plantas pasteurizadas también mueren y ya no podrán crecer. Semillas pasteurizadas mueren y ya no podrán germinar. De manera parecida, un miembro "pastorizado" pierde su vida y capacidad de reproducción espiritual. Su vida cristiana se reduce a escuchar sermones y apoyar las actividades de su iglesia. No sabe alimentarse por sí mismo desde la Palabra de Dios; no sabe cultivar una vida de oración personal; no sabe evangelizar a sus amigos y vecinos. El único "testimonio" que puede compartir, es: "Ven a mi iglesia y escucha lo que dice el pastor." Puede quizás reproducir "asistentes a la iglesia"; pero no tiene vida espiritual genuina que podría reproducir. Los únicos que "producen" algo en una tal iglesia, son el pastor y unos cuantos colaboradores "autorizados para ministrar"; y los productos "pastorizados" que ellos producen, carecen de vida auténtica.



le prohibiran escuchar o hablar con personas que puedan hacer que ud habra

sus ojos para la verdad de la Palabra de Dios,no porque este interesado en

ud,sino que un miembro menos es un diezmo menos,etc...

usara el pulpito para justificarse y adoctrinarlo para que ud sea fiel a el

y a su iglesia,siempre procurara limpiar su imagen y denigrar a aquellos (que

segun el)lo ven con malos ojos,como todo sectario se cree dueño de la verdad,y

si ud no concurre a su iglesia"no tiene a Jesus"porque pareceria que Jesus es

propiedad exclusiva de su pseudo-iglesia

¡¡¡ SON MANIPULADORES

PROFESIONALES ¡¡¡¡


Hazte esta pregunta a ti mismo: ¿Fuiste pastorizado?

 Blog TagTuc Gabriel Guzman




viernes, 18 de mayo de 2012

EL MITO DEL LIBRE ALBEDRIO




El Mito del Libre Albedrío

El mito de la libertad circunstancial

Nadie niega que el ser humano tenga albedrío, es decir, la facultad de escoger lo que quiera decir, hacer y pensar.
Pero vale la pena reflexionar sobre la miserable debilidad de ese albedrío, pues aunque una persona tenga la capacidad de tomar una decisión, no tiene la aptitud de llevarla a cabo.

El albedrío puede trazar un modo de proceder, pero no tiene poder para ejecutar sus intenciones.

Según una conocida historia bíblica, los hermanos de José lo aborrecían y vendieron como esclavo. Pero Dios se valió de su acción para hacer de José el gobernante sobre ellos. Con sus hechos, se propusieron hacer daño a José, pero Dios dirigió los hechos para el bien de José.

"Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien" (Génesis 50: 20
Ahora dentro de la esfera de nuestras desiciones sabemos que tenemos libertad amenos que Dios decida lo contrario, esta es ciempre supeditada a sus designios, nuestros planes pueden prosperar siempre y cuando Dios permita:

Santiago 4-15 En lugar deberias decir, Si el señor quiere viviremos y haremos esto o aquello.

Ahora en cuanto a nuestra salvacion la cosa cambia, esta es esfera sola y totalmente de Dios, el tiene todo el derecho a elegir a su esposa, sabemos ningun hombre busca a cristo, segun la escritura estamos muertos en delitos y pecados (Efecios 2-1) 

¿puede entonses un muerto darce vida eterna asi mismo?
¿Hubiera podido Lazaro resucitarce solo?


Si es muy capaz el hombre de crearce muchas religiones, pero es totalmente incapaz de salvarce a si mismo, solo la intervencion de cristo hace pocible una nueva criatura.

Romanos 3-12. Todos se desviaron, a una se hicieron inutiles, No hay quien haga lo bueno, ni siquiera uno.
 
Decir que el albedrío es libre, es claro que no significa que el albedrío determine el rumbo de la vida de una persona, menos aun su eternidad, ya que segun la escritura se salvaran aquellos a quienes Dios escoge:

Efecios 1-11 En el asimismo tuvimos herencia habiendo sido predestinados conforme al propocito del que hace todas las cosas segun el designio de su voluntad.(vemos claramente un ejercicio de SU voluntad)

Juan 15-16. No me ellegiste vosotros a mi, sino yo os elegi a vosotros
La Biblia nos enseña que el verdadero libre albedrio se perdio en Eden y que desde alli el hombre quedo esclavo del pecado, y que su inclinaciòn natural es acia el pecado, aun en contra de su propia voluntad, de alli que se nos enseña que cristo vino para hacernos libres.

Los hombres seguramente intentaremos segun creemos ser salvos, podemos hacer muchas cosas al respecto, buenas obras, orar, caminatas, castigar nuestro cuerpo,  pero darnos vida eterna es solo facultad de Dios y esto solo a sus escogidos.


En lugar de alabar al albedrío humano, debemos alabar humildemente al Señor, cuyos propósitos determinan nuestras vidas, según confesó el profeta Jeremías:
"Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos" (Jeremías 10: 23).

La confecion de fe  Westminster dice lo siguiente:

Dios, el buen creador de todo, en su poder y sabiduría infinita, sostiene, dirige, dispone y gobierna a todas las criaturas y cosas,

1 desde la más grande hasta la más pequeña.

por su sabia y santa providencia. Dios cumple con los propósitos para los cuales creo estas cosas, conforme a su presciencia infalible, y al libre e inmutable consejo de su propia voluntad, para la alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, bondad y misericordia.

1. He. 1:3; Job 38:11; Is. 46:10,11; Sal. 135:6 2 Mt. 10:29-31 3 Ef. 1:11 4 Hch. 2:23 5 Pr. 16:33 6 gn. 8:22

2. Aunque con respecto a la presciencia y decreto de Dios, causa primera, todas las cosas suceden inmutable e infaliblemente, de modo que nada ocurre por suerte o fuera de la esfera de su providencia; sin embargo, por la misma providencia las ha ordenado de tal manera, que suceden conforme a la naturaleza de las causas secundarias, sea necesaria, libre o contingentemente.

3. Dios en su providencia ordinaria hace uso de medios; a pesar de esto, es libre para obrar sin ellos, sobre ellos, y contra ellos, según le plazca.

7Hch. 27:31,44; Is. 55:10,11 8 Os. 1:7 9Ro. 4:19-21 10Dn. 3:27

4. El poder todopoderoso, la sabiduría inescrutable y la bondad infinita de Dios se manifiestan en su providencia de tal manera que su propósito soberano se extiende aun hasta la primera casa y a todos los otros pecados de los ángeles y de los hombres, y esto no solo por un mero permiso, sino que sabia y poderosamente limita, ordena y gobierna, en varias formas, las acciones pecaminosas de tal manera que estas llevan a cabo sus designios santos, pero de tal modo, que lo pecaminoso procede solo de la criatura, y no de Dios, quien es justísimo y santísimo, y por eso, no es, ni puede ser el autor o aprobador del pecado.

11Ro. 11:32-34; 25.24:1; 1 Cr. 21:1 122 R. 19:28; Sal. 76:10 130n. 50:20; Is. 10:6,7,12 14Sa1. 50:21; 1 Jn. 2:16

5. El todo sabio, justo y benigno Dios, a menudo deja por algún tiempo a sus hijos en las tentaciones multiformes y en la corrupción de sus propios corazones, a fin de corregirles de sus pecados anteriores o para descubrirles la fuerza oculta de la corrupción , para humillarlos, y para infundir en ellos el sentimiento de una dependencia más íntima y constante de y para su apoyo, y para hacerles más vigilantes contra todas las ocasiones futuras del pecado, y para otros muchos fines santos y justos.

1 52 Cr. 32:25,26,31; 2 Co. 12:7-9 16 Ro. 8:28

Su santo y justo propósito es obrado de tal forma que todo lo que ocurre a sus elegidos es según su designio, para su gloria y para el bien de ellos.

6. En cuanto a aquellos hombres malvados e impíos a quienes Dios como juez justo ha cegado y endurecido a causa de sus pecados anteriores, no solo les retira su gracia por la cual podrían haber alumbrado sus entendimientos y ejercitado sus corazones, sino también algunas veces les retira los dones que ya tengan, y los deja expuestos a objetos que son causa de pecado debido a la corrupción humana, y a la vez les entrega a sus propias concupiscencias, a las tentaciones del mundo y al poder de Satanás, de donde sucede que se endurecen bajo los mismos medios que Dios emplea para ablandar a los demás

17Ro. 1:24-26,28; Ro. 11:7,8 18Dt. 29:4 19 Mt. 13:12 20 Dt 2:30; 2 R. 8:12,13 2 Ts. 2:10-12 22 Ex 8:15,32; Is.6:9,10; 1 P.2:7,8

7. Así como la providencia de Dios alcanza, en general a todas las criaturas, así también de un modo especial cuida a su Iglesia y dispone todas las cosas para el bien de ella.

23 1 Ti. 4:10; Am. 9:8,9; Is 43:3-5
 

Hoy se enseña entre los evangelicos inclusive, que el hombre escoje salvarce, levantando su mano, cuando la realidad es que Dios escoje aun antes del nacimiento,

Hoy se enseña que el hombre toma la desicion, pero la Biblia nos enseña que Dios trae a cristo a los que el decide.

Por ultimo cabe agregar solo brebemente, que el desicionismo actual que enseña aceptar a cristo como quien acepta un vaso de agua, es claramente antibiblico, ya que nadie nace de voluntad propia (Juan 3-6)(carne) sino se nace de una desicion de Dios, el si conserva el libre albedrio.
  

MENSAJES BIBLICOS

sábado, 28 de abril de 2012

¿RECIBIMOS LO QUE DECIMOS?


La verdad sobre la confesión positiva



Desde hace más de una década ha venido infiltrándose entre la cristiandad evangélica la teoría, tal vez muy atractiva, pero del todo no-bíblica, acerca de la importancia sobrenatural de lo que pronunciamos con nuestros labios.



El peso propio que se le concede a la palabra llega hasta los extremos de creer que si digo "me muero de la jaqueca", en efecto moriré, y por tanto, si de verdad me duele la cabeza más bien deberé decir "no me duele nada", y entonces se me pasará la dolencia como por arte de magia...



Si quiero un auto rojo, deportivo y descapotable, escribo sus características en un papel y lo pego en un lugar visible, de modo de poder repetir lo que he escrito con cierta asiduidad, a fin de que, por la fuerza que tengan mis palabras, el Señor, solícito en escucharme, no tarde en responder a todas mis peticiones.



Es verdad que las Sagradas Escrituras hablan de la importancia de algunas cosas que se confiesan con los labios. Pero, curiosamente, eso que se debe confesar es el señorío de Jesucristo, y su obra redentora en favor nuestro: Romanos 10:9, 1ª Reyes 8:35, 2ª Crónicas 6:24, Mateo 10:32, Lucas 12:8, etc., y otra clase de confesión, netamente bíblica, como es la de los pecados, para salvación: Levítico 5:5, 1ªJuan 1:9, Nehemías 9:2, Salmos 32:5, Mateo 3:6, etc.



Sin embargo, lo que realmente esta tendencia viene a tratar de imponer, es la creencia o la confianza en la palabra, como valor absoluto: esto quiere decir que lo que digo tiene poder en sí mismo, independientemente de la voluntad divina al respecto. Es más, lo que pronuncio con mis labios de alguna manera pone en funcionamiento la voluntad de Dios, llegando entonces al abismo ilógico de creer que el Señor depende de mí, y no yo de Él, como cualquier pensamiento racional haría suponer. Frente a semejante contradicción, o nos detenemos o saltamos: no hay término medio.



Esta seudo-doctrina presentada por sus defensores como un gran hallazgo de hombres de Dios iluminados por una nueva revelación, no es por cierto nada nuevo. Al fin, deberíamos creer que no hay nada nuevo debajo del sol...



En efecto, está tomada de cosmovisiones tan antiguas como el hombre mismo: el valor mágico de las palabras proviene de creencias esotéricas, orientales, más cercanas a brujos y chamanes que a ideales bíblicos. Y más cercano en el tiempo, vuelve a ser considerada y adoptada por la Nueva Era que, como todos sabemos, no es una religión o una secta, sino una corriente de pensamiento que invade e infiltra todos los estratos sociales, todos los niveles culturales, todas las disciplinas. La Nueva Era aconseja: acéptate y sé feliz. Y si hay algo que te "desarmoniza", desconócelo y repite que todo está bien, hasta que realmente creas que está bien...



Sucede que, aunque no podamos encontrar nada semejante en la Biblia, esto funciona: acaricia la carne, alimenta el ego, nos convence de que somos los mejores y de que nada puede pararnos...¿O no somos hijos del Poderoso? Mientras tanto, la cruz, el negarse a sí mismos, el ver nuestras justicias como trapo de inmundicia, el ser barro en manos de un alfarero...todo esto, y mucho más, queda arrumbado en el último rincón del desván de nuestra alma...¿Quién quiere ser un perdedor?



La confesión positiva nos anima a desconocer cualquier cosa que no nos agrade o que nos duela: si estoy en la ruina, no debo decirlo, porque mi Dios es el dueño de todas las riquezas. Si estoy enfermo, tampoco debo decirlo, porque por sus llagas fuimos nosotros curados... En cambio, sólo debo pronunciar lo que quiero en mi corazón, y sólo porque lo diga, entonces se cumplirá. Así y todo, tampoco debo suplicar o pedir por favor: únicamente ordenar, y entonces todas las huestes angélicas se pondrán en movimiento sólo por el poder de mis palabras...



En la misma vía de razonamiento, tampoco habrá que temer nada, por aquello de que "...el temor que me espantaba me ha venido y me ha acontecido lo que yo temía." (Job 3:25) Los que así creen no advierten que esta no es la verdadera interpretación de este pasaje. La declaración de Job no hace referencia a una cuestión de causa-efecto: porque lo temí, entonces me sobrevino. Solamente es una afirmación, carente de toda otra segunda acepción: le sobrevino, lo que temía. El por qué es algo sobre lo que Job no se expide.



Así las cosas, el cristiano se ve de golpe convertido en un superhombre, que de tener fe, todo lo puede: ¿Podrá también torcer la voluntad de Dios?



Esta nueva ola de interpretación, entonces, vulnera por lo menos dos nociones fundamentales en el ideario cristiano: la fe y la soberanía de Dios.



En cuanto a la fe, puntualizaremos algunas cuestiones acerca de sus características fundamentales. El libro de Romanos es verdaderamente una enciclopedia de la fe. En él se nos aclara que la fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios (Romanos 10:17). Para empezar, entonces, podemos afirmar que la fe no es un disparo al aire, sino que responde a una palabra de Dios. Se debe tener fe en lo que Dios nos dice, jamás sólo en lo que se nos ocurre. Puedo decirle a ese monte que se eche en el mar, pero si Dios no me ha dicho que lo haría, en vano hablaré, gritaré o proclamaré...Puedo declarar con mis labios que algún paralítico ande, pero si no lo ha determinado así el Señor, solamente conseguiré destruir una vida...



Revisemos la vida del padre de la fe, Abraham: cuando el todavía Abram sale de su tierra. ¿Lo hace sólo porque se le antoja? Mas bien fue por fe, pero su fe estaba fundamentada en lo que Dios le había hablado. Era tal vez una locura, era casi algo irracional, pero Dios lo había dicho. Y sobre eso ejercía fe.(Génesis 12 y sgtes.)



Cuando Noé sube al arca, y antes, cuando la construye (Génesis 6 y sgtes.) ¿No estaba respondiendo a una palabra de Dios?



¿Qué decir de Moisés, Gedeón, Sansón, David y otros grandes héroes que engalanan la galería de Hebreos 11?



No es mi fe la que pone en movimiento la maquinaria divina, sino a la inversa: la palabra de Dios, emitida de acuerdo con su soberana voluntad, pone en funcionamiento la fe, la cual es también un don de Dios. (Efesios 2:8, 1ª Corintios 12:9)



Si el Señor, pues, te dice que te dará un auto rojo deportivo y descapotable, ten fe, aunque parezca una locura...Si, por el contrario, El nada te ha dicho, quizás la locura sea pretender obtenerlo.



De la mano de una fe bien entendida, camina la soberanía de Dios. Ella implica que Dios, y sólo El, es absoluto, dueño de todo. El motor inmóvil de la filosofía, la causa eficiente, el acto puro. Todo es por El y para El, y nada sucede si el Señor no lo ha previsto. El es, efectivamente, el Señor, amo absoluto, no un vasallo de los caprichos, necesidades u ocurrencias humanas. El hace el día bueno y el malo, El nos da bonanza o nos somete a la adversidad, El nos enriquece o nos empobrece, nos lleva o nos trae, nos pone o nos saca, nos da o nos quita...¿Quién se atreverá a decirle qué haces?



Leamos atentamente algunos textos: Eclesiastés 7:14, Isaías 45: 9-9-12, Deuteronomio 4:39, 1ª Crónicas 29:12, Job 9:12, Salmos 29:10, 135:6, Daniel 4:35, 2º Reyes 19:28, Romanos 9:19, etc.



En todos ellos, y en muchos otros que podríamos citar, se aclara meridianamente que por sobre lo que creemos, o pretendemos creer, está Dios, sentado en su trono, decidiendo lo que es bueno o no para sus hijos.



Los cristianos no somos, ni fuimos llamados a ser, super-héroes. Por la cruz fuimos salvados, y con ella misma en los hombros debemos caminar por donde anduvo el Señor...



¿Desear cosas? ¿Anhelar cosas? ¿Esperar cosas? ¿Orar por ellas? Esta muy bien, ¿A quién otro podríamos recurrir? Pero nunca creer que nuestra palabra o nuestro poder puede realmente traer a la realidad lo que deseamos, como, pasmosamente, se nos enseña en La cuarta dimensión, de Yonggi Cho.



Podemos proclamar lo que deseamos, pero sólo como una manera de alimentar nuestra fe, nunca con la ilusión oculta de que nuestras órdenes sean justamente eso para Dios.



La única confesión verdaderamente positiva que conozco es aquella de reconocimiento a Dios por sobre todas las cosas: El lo es todo, en todo. Si vivimos de acuerdo con esta premisa puede ser que todo en nuestra vida cambie. Ya no seremos los nuevos adalides contemporáneos, pero estaremos más cerca del Siervo, el que descendió a la condición humana, el que lavó los pies de sus discípulos, el que fue a la cruz para rescatarnos...



Porque, debemos comprenderlo, Dios no comparte su gloria con nadie.

Crecer en cristo es menguar para que el crezca.

 Eliana Valzura de Gilmartin